martes, 16 de abril de 2013

Resurrección

¿Que después de esta vida tengamos que despertarnos un
día aquí
al estruendo terrible de trompetas y clarines?
Perdona, Dios, pero me consuelo
pensando que el principio de nuestra resurrección, la de
todos los difuntos,
lo anunciará el simple canto de un gallo...

Entonces nos quedaremos aún tendidos un momento...
La primera en levantarse
será mamá... La oiremos
encender silenciosamente el fuego,
poner silenciosamente el agua sobre el fogón
y coger con sigilo del armario el molinillo de café.
Estaremos de nuevo en casa.


Dolor, Vladimir Holan (editorial Hiperión, traducción de Clara Janés)

No hay comentarios:

Publicar un comentario